¿Quién se detiene a mirar una farola cuando pasea por la ciudad? Todos nos quejamos si una calle se queda sin luz.
De pequeños les dábamos patadas. Sabíamos el punto exacto, ligero golpe y ganábamos el juego. Había premios, creo. Un regaliz, un chicle por cada miembro de la armada, una canica... si se hacía con estilo, el cromo que casinuncaentra.
Es triste salir a la calle y que la farola que alumbra el portal esté apagada. La del mío lo está, desde hace unos días. Espero que no vuelvan esos niños por aquí.
Espero que si está apagada sea a causa de un pequeño golpe. Espero que para arreglarla sea suficiente mover un pequeño cable rojo.
Espero que no esté fundida del todo.
Que profundo todo!Se te da genial esto eh!un besote mi niña
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