martes, 21 de julio de 2009

Y en efecto.


Siempre es mejor decir que no lo viste, antes que decir que no pasó. Siempre. Así nunca te podrán quitar la razón. Nunca. Pero no pasó.

Miré a tu ventana. Era poca la ilusión de encontrarte asomado para ver si me veías. Era inexistente la esperanza de encontrarte asomado para ver si me veías. Pero miré.

En efecto, no estabas ahí, pero siempre es mejor decir que no te ví, antes que decir que no estuvieras.

(Para que no puedas decir que no miré. Para que no mientas diciendo que me sí viste.)



jueves, 9 de julio de 2009

En las terrazas de Salamanca


El señor tenía voz de señor normal a pesar de que miraba con odio a su hija y no contestaba a las llamadas de atención de su anciana madre.

La niña trataba mal a la abuela, vieja entrañable por lo menos a simple vista. Hacía señas a su espalda mientras ella sonreía inocentemente.

La vieja miraba y admiraba sus uñas, recién pintadas de un rosa horrible y hacía llamadas de atención a su hijo, señor con voz normal y mirada de odio, siempre sin respuesta.

Quiero escuchar alguna palabra de cada uno. Ahora hablan, no entiendo nada pero él sigue mirando con odio, la niña manipulando a la abuela y la vieja sonriendo inocentemente mientras mira y admira sus uñas.