Y volver cuando ya no se tiene nombre propio
Volver con un rostro donde sólo hay
unos ojos
que se abren
a veces
se les permite mirar
y lo que siempre ven
es amor
algunos
nombres propios
pero nunca el suyo
Y buscar enésimamente renombrarse propiamente a través de sus Ojos, de los Míos
y de los Sus.