jueves, 9 de julio de 2009

En las terrazas de Salamanca


El señor tenía voz de señor normal a pesar de que miraba con odio a su hija y no contestaba a las llamadas de atención de su anciana madre.

La niña trataba mal a la abuela, vieja entrañable por lo menos a simple vista. Hacía señas a su espalda mientras ella sonreía inocentemente.

La vieja miraba y admiraba sus uñas, recién pintadas de un rosa horrible y hacía llamadas de atención a su hijo, señor con voz normal y mirada de odio, siempre sin respuesta.

Quiero escuchar alguna palabra de cada uno. Ahora hablan, no entiendo nada pero él sigue mirando con odio, la niña manipulando a la abuela y la vieja sonriendo inocentemente mientras mira y admira sus uñas.


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